No necesitas Motivación, necesitas un Sistema

Uno de mis mayores talentos siempre ha sido inventarme una excusa para posponer algo que no quería hacer.
La postergación es siempre una batalla interna. Pero perderla tiene mayores consecuencias que el simple hecho de no hacer esa tarea que había que hacer.

Sigo luchando contra el impulso de posponer mis compromisos y mis tareas pendientes. Pero estoy avanzando y haciéndolo. La única diferencia entre antes y ahora es que ahora tengo un sistema, una metodología. Tener el apoyo de un sistema que te ayuda a dar los pasos y a tener las cosas bajo control ayuda más que estar muy motivado.

Para sentirte y ser realmente efectivo, no puedes confiar en los hacks o apps o nuevas tecnologías. Estarás de acuerdo en que no vale con estar muy motivado. Necesitas desarrollar tu propio sistema sostenible, un conjunto de rutinas y hábitos que sirvan como base de tu trabajo y que te ayuden para acercarte a los objetivos que te pongas. Al principio cualquier cosa nueva cuesta, no hay secreto. Es un proceso lento, que requiere esfuerzo, y mucha energía mental. 

Ya sabes que me refiero a GTD. Pero quiero hablarte de los efectos colaterales, pues tienen un impacto que van más allá de listas y metodología. Mi sistema me proporciona el estado mental correcto para hacer lo que me he comprometido a hacer. Me hace una persona más disciplinada y más comprometida. Liberas estrés permitiendo nuevos hobbies entrar en tus rutinas.

Desde que conocí GTD y sobre todo desde que cree mi sistema han surgido nuevos hábitos que me ayudan a disfrutar más de mis días. GTD no te ayuda a ser más productivo. Te ayuda a organizar tus valores y creencias y a que priorices todas las acciones que te hacen crecer como persona siendo más efectivo. Suena místico pero es cierto.



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