GTD y la regla de los 2minutos
De los fundamentals GTD, <<hacer>> es el último de los cinco pasos. Antes de ponernos a ejecutar lo que hemos capturado, aclarado, organizado nos toca invertir un tiempo para tomar buenas decisiones para ponernos a hacer.
Es muy probable que si has oido hablar de GTD, también conozcas su regla de los 2 minutos: "si algo te lleva menos de dos minutos hazlo ya". Desde este pequeño blog, quiero reconocer la labor de José Miguel Bolivar de tratar de "explicar" esta regla y de en todo caso otorgarle esta traducción: "si vas a tardar más en organizarlo que hacerlo, hazlo"; bastante más sentido que la que explica David Allen en su libro.
Esta regla de <<hacer>> está realmente enfocada en el paso de <<aclarar>> (aunque si cavas más profundo te darás cuenta que se puede dar en los demás), pues nos dice que mientras estamos procesando nuestras bandejas de entrada, si podemos hacerlo en menos tiempo que en ponernos el recordatorio: hagámoslo.
Antes de conocer GTD, usaba una agenda para apuntarme "las tareas MUST" del día y cuando las tachaba sentía una gran satisfacción. Confieso que sigue siéndolo, pues os daréis cuenta que cuando aclaras bien las bandejas de entrada transformas las cosas en altamente tachables (lo que llamamos siguientes acciones) y es adictivo (hace falta quitarse el mono). Pero si no le damos valor a esas tareas, puedes tachar muchas pero no estar realmente haciendo nada que te acerque a tus objetivos y mucho menos te convierte en eficiente.
Coincido en que esta regla carece de atractivo pues estamos diciendo "ok" a las interrupciones y dejando de estar a lo que estás. Pues hacer por hacer, salvo ejemplos obvios, no nos hace eficientes. Si realmente estamos a lo que estamos: aclarando nuestras bandejas de entrada, estamos aportando altísimo valor a nuestro trabajo: estamos definiéndolo, estamos tomando la iniciativa de pensar y de transformar todas las cosas para saber exactamente que hacer con ellas. E interrumpir este paso es poco inteligente.
Como el título de este blog, la recompensa de definir tu trabajo es que serás más eficiente a la hora de ejecutarlo.
De entre todas las cosas que tienes disponibles para hacer, pregúntate esto antes ¿es realmente esto lo que debería hacer ahora?, ¿es esta la tarea que me acerca más a mis objetivos?. No se trata de hacer muchas cosas, sino de hacer bien las cosas que hay que hacer.
Mi recomendación es que si estás aclarando, termina de aclarar tus bandejas de entrada.
Es muy probable que si has oido hablar de GTD, también conozcas su regla de los 2 minutos: "si algo te lleva menos de dos minutos hazlo ya". Desde este pequeño blog, quiero reconocer la labor de José Miguel Bolivar de tratar de "explicar" esta regla y de en todo caso otorgarle esta traducción: "si vas a tardar más en organizarlo que hacerlo, hazlo"; bastante más sentido que la que explica David Allen en su libro.
Esta regla de <<hacer>> está realmente enfocada en el paso de <<aclarar>> (aunque si cavas más profundo te darás cuenta que se puede dar en los demás), pues nos dice que mientras estamos procesando nuestras bandejas de entrada, si podemos hacerlo en menos tiempo que en ponernos el recordatorio: hagámoslo.
Antes de conocer GTD, usaba una agenda para apuntarme "las tareas MUST" del día y cuando las tachaba sentía una gran satisfacción. Confieso que sigue siéndolo, pues os daréis cuenta que cuando aclaras bien las bandejas de entrada transformas las cosas en altamente tachables (lo que llamamos siguientes acciones) y es adictivo (hace falta quitarse el mono). Pero si no le damos valor a esas tareas, puedes tachar muchas pero no estar realmente haciendo nada que te acerque a tus objetivos y mucho menos te convierte en eficiente.
Coincido en que esta regla carece de atractivo pues estamos diciendo "ok" a las interrupciones y dejando de estar a lo que estás. Pues hacer por hacer, salvo ejemplos obvios, no nos hace eficientes. Si realmente estamos a lo que estamos: aclarando nuestras bandejas de entrada, estamos aportando altísimo valor a nuestro trabajo: estamos definiéndolo, estamos tomando la iniciativa de pensar y de transformar todas las cosas para saber exactamente que hacer con ellas. E interrumpir este paso es poco inteligente.
Como el título de este blog, la recompensa de definir tu trabajo es que serás más eficiente a la hora de ejecutarlo.
De entre todas las cosas que tienes disponibles para hacer, pregúntate esto antes ¿es realmente esto lo que debería hacer ahora?, ¿es esta la tarea que me acerca más a mis objetivos?. No se trata de hacer muchas cosas, sino de hacer bien las cosas que hay que hacer.
Mi recomendación es que si estás aclarando, termina de aclarar tus bandejas de entrada.
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