Recordar recordatorios

Nuestra mente es capaz de hacer cosas maravillosas. De entre todas las cosas que puede hacer, almacenar ideas o memorizar cosas es la peor de todas. Y si piensas que tienes una gran memoria o que puedes forzar a tu mente para recordarlo todo, la estás usando mal, o mejor dicho: puedes usarla mucho mejor.

Ser creativos y crear, esa es la máxima que tenemos que tener. Usa la mente para tener ideas y para decidir qué hacer con ellas, cómo llevarlas a la práctica o cómo materializarlas. Pero para almacenar cosas nuestra mente llega a un límite (unos más y otros menos) y cuando solemos estar en el límite suele convertirse en estrés, presión y sobrecompromiso. Y aunque existe mucho cachondeo sobre ello: nuestra mente está diseñada para concentrarse en hacer una única cosa a la vez. Prestar atención a lo que estás haciendo, es una única y exclusiva tarea para tu mente. Si tratas de hacer o recordar algo mientras haces otra cosa, tu capacidad de concentración disminuye.

No trato de deciros que no tengamos memoria o que no la usemos. Es muy diferente recordar cosas que recordar recordatorios. Y cuando digo cosas son todos aquellos recuerdos que aporten valor. Nunca he sentido estrés por todas las cosas que he memorizado que me gustan o de recuerdos que tengo. Pero si de cosas que tengo, debo o me he comprometido a hacer.

De lo que se trata y lo que GTD propone es de utilizar una <<mente extendida>>: crear un sistema para que recuerde todas las cosas que llaman tu atención y usar mente para pensar sobre ellas.